martes, 26 de abril de 2011

GÉNESIS 3

I. TENTACIÓN (3:1-6
A. EL TENTADOR.
   Dios no es el autor del pecado, ni Él tienta a las personas a pecar; esto es la obra del diablo (Stg 1:13). Ya hemos visto que Satanás cayó en pecado antes de la obra de Génesis 1:3ss. Al principio era un bello ángel, regocijándose en la creación divina (Job 38:4-7), pero pecó y Dios lo juzgó (Is 14:12-17; Ez 28:11-19). Nótese que Satanás vino a Eva disfrazado de serpiente, porque se disfraza y le aparece a la gente en su verdadero carácter. En Génesis 3 Satanás es la serpiente que engaña (2 Co 11:3); en Génesis 4 es el mentiroso que mata (Jn 8:44). Debemos cuidarnos para evitar sus sendas engañosas.

B. EL BLANCO.
    Satanás apuntó a la mente de Evan (2Co 11:1-3; 1Ti 2:9-15) y tuvo éxito en engañarla. La mente del hombre es una parte de su ser creado a imagen de Dios (Col 3:9-10), de modo que Satanás ataca a Dios cuando ataca la mente humana. Satanás usa mentiras. Es mentiroso y padre de mentiras (Jn 8:44).


C. LA TÁCTICA
    Mientras que la mente se aferre a la verdad de Dios, Satanás no puede ganar; pero una vez que la mente duda de la Palabra de Dios, hay campo para que se introduzcan las mentiras del diablo. Satanás cuestiona la Palabra de Dios (v.1), la niega (v. 4) y luego la sustituye con sus propias mentiras (v.5). Nótese que Satanás procura socavar nuestra fe en la bondad de Dios; le sugirió a Eva que Dios estaba {{privándoles de algo}} al decirles que se abstuvieran del árbol de la ciencia del bien y del mal. Cuando cuestionamos la bondad de Dios y dudamos de su amor, jugamos precisamente en las manos de Satanás, quien hace que la tentación parezca maravillosa al hacerles una oferta: {{¡Seréis como Dios!}} Satanás mismo quizo ser {{semejante al Altísimo}} (Is 14:14) y siglos más tarde le ofreció a Cristo  {{todos los reinos del mundo}} si le adoraba (Mt 4:8).



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