miércoles, 20 de julio de 2011

GÉNESIS 46-50


GÉNESIS 46-50
Estos capítulos abarcan los últimos días de Jacob. Levemos realizando varios actos por última vez. Es un sobrio recordatorio de que un día cada uno de nosotros enfrentará el fin.


I. EL ÚLTIMO VIAJE DE JACOB (46-47)


    Por fe Jacob salió de Hebrón y se dirigió a Egipto, y Dios honró su fe al revelársele de nuevo y renovar sus promesas (46:2-4). Jacob sin duda recordó que Abraham había pecado al irse a Egipto (12:10) y que a Isaac se le había prohibido que fuera allá (26:2), de modo que la Palabra de Dios le da de nuevo la seguridad. En lugar de ser un lugar de derrota, Egipto sería un lugar de bendición, porque la nación crecería a pesar del sufrimiento. La familia entera fue con Jacob: los treinta y tres descendientes de Lea (vv.8-15); los dieciséis de Zilpa (vv.16-18); los catorce de Raquel (vv.19-22); y los siete de Bilha (vv. 23-25). En realida sesenta y seis viajaron con Jacob, y cuando añadimos a Jacob y a José y a los dos hijos de este (v. 27), tenemos un total de setenta. Véase Éxodo 1:5 . En Hechos 7:14 se dice que fueron setenta y cinco en la familia, pero esto quizás incluyó a los cinco hijos de Efraín y Manasés mencionados en 1Crónicas 7:14, Nótese que Judá era ahora el de confianza, porque Jacob lo envió delante como líder. Mientras tanto José estaba preparando el camino ante Faraón, hallando lugares para que vivieran y ocupaciones para que trabajaran mientras estaban en la tierra. Puesto que Egipto es un cuadro del sistema mundial, no es de extrañarse que los pastores eran abominación para los no salvos. Nuestro Señor es el Buen Pastor, ¡y el mundo no quiere tener nada que ver con Él!
      Jacob se presentó al Faraón, testificó de la bondad de Dios durante su larga vida y después lo bendijo. La única bendición que este mundo tiene viene de Dios mediante su pueblo, Israel (Jn. 4:22).
    En Génesis 47:13 se describe la manera en que José manejaba los asuntos de Egipto, dándonos una ilustración de dedicación: las personas le entregaron su dinero, sus tierras sus posesiones y sus cuerpos (Ro. 12:1-2). Debemos dar todo lo nuestro a Cristo que nos ha salvado y nos cuida diariamente.


      Que Dios los bendiga 

No hay comentarios:

Publicar un comentario