viernes, 10 de junio de 2011

GÉNESIS 29-31

Buenas tardes mis amados alumnos, continuamos con Génesis. 31
















B. LA PERSECUCIÓN ( vv.17-35).
    En lugar de confiar en Dios para protegerle, Jacob salió huyendo de prisa mientras Labán trasquilaba sus ovejas. Qué pobre testimonio cuando los creyentes deciden actuar en secreto. Labán ya estaba a tres días de camino de Jacob (30:36), de modo que lo alcanzó a los siete días. Dios le advirtió a Labán antes de que siguiera se enfrentara a Jacob, de modo que no había razón para que Jacob terminara (v. 31; véase también Pr 16:7). Labán <<fingió>> para parecer ofendido, cuando quizás se alegraba de librarse del que demostraba  ser más sagaz que él enriqueciéndose. Su verdadera preocupación aparece en el versículo 3o: ¡alguien se había robado sus ídolos! El pecado oculto llevó a más pecado, puesto que Raquel. la ladrona, le mintió a su padre y a su esposo, mientras que el furibundo Labán registraba todo en la caravana.

C. EL CONFLICTO (vv. 36-42).
    Ahora se revela la ira reprimida durante años y Jacob <<le canta las cuarentas>> a su suegro. Labán era un idólatra y Jacob un descarriado, cómo podía haber algún acuerdo entre ellos? Lo único que redime el colérico discurso de Jacob es que le dio a Dios la gloria por su éxito (v. 42).

D. EL PACTO (vv. 43-55).
    La llamada <<bendición de Mizpa>> que se halla en muchos himnarios [en inglés] no es totalmente bíblica. Estos dos hombres no confiaban el uno del otro, de modo que levantaron un monumento para recordarles que Dios estaba vigilando. En lugar de atestiguar de su amistad (como afirma la <<bendición de Mizpa>>, estas piedras testificaban de su mutua desconfianza. ¡Nótese en el versículo 47 que los dos hombres ni siquiera hablaban el mismo idioma! (Ambos nombres significan <<majano del testimonio>> o <<majano de testigo>>.) Es muy triste cuando los miembros de una familia no pueden confiar los unos en los otros. Cunado mejor hubiera sido que se perdonaran entre sí y entregaran todo el asunto a Dios. El versículo 52 indica que el majano que Labán erigió marcaba también la frontera que Jacob no debía atreverse a pasar.
    Los veinte años de servidumbre de jacob habían concluido, pero todavía necesitaba volver a Bet-el y arreglar cuentas con Dios.


    Amados alumnos que Dios les bendiga...

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