lunes, 30 de mayo de 2011

GÉNESIS 27

Amados alumnos virtuales es una gran bendición estudiar la Biblia con ustedes...


Hoy continuamos con Génesis 27




Bienvenidos a Clase 








B. Una madre dudosa.
    Dios le había dicho a Rebeca que Jacob recibiría la bendición de Dios, sin embargo, ella tramó e hizo el complot de asegurarse de que Esaú fuera dejado fuera. En lugar de acudir a Dios en oración como lo había hecho años antes, dependió de sus propios planes, práctica que sería característica de Jacob años más tarde. Rebeca pagó enormemente por su pecado; nunca volvió a ver a su hijo (véase vv. 43-45). Esaú actuó con toda intención para herirla: y su ejemplo ante Jacob le costó a este veinte años de prueba.


C. Un hijo engañador. 
    Sin duda Jacob sabía de la promesa de Dios para su vida, sin embargo prestó oídos a su madre en lugar de a Dios. ¡Coómo se apresuraron los dos a llevar a cabo el complot! <<El que creyere, no se apresure>> (Is 28:16). Rebeca debe haber sido una buena cocinera para hacer que un cabrito tenga el sabor de venado, Jacob es el cuadro perfecto del hipócrita: Su voz y sus manos no están de acuerdo (lo que dice y hace), y engaña a otros. Sólo en el versículo 19 Jacob le dice a su padre tres mentiras: <<Yo soy Esaú>> (era Jacob): << he hecho>> (su madre lo hizo todo); <<come de mi caza>> ( era carne de cabra). Y  su beso en el versículo 27 era también engañoso. ¿Pagó Jacob su pecado? Sí, muchas veces. Labán lo engaño con su esposa y muchas veces le cambió el salario. Además, los mismos hijos de Jacob un día matarían un cordero (3:31) y pondrían su sangre en la túnica de José para engañar a su padre. <<Sabed que vuestro pecado os alcanzará>> (Nm 32:23).


D. Un hermano desesperado.
    Hebreos 12:17 indica que Esaú buscó con lágrimas la bendición, sin embargo no halló lugar para el arrepentimiento real por sus pecados. Remordimiento, sí, pero no arrepentimiento sincero. Se lamentaba por lo que había perdido, no por lo que había hecho. En el versículo 33 Isaac se estremeció cuando se percató de que Dios había trastornado sus planes. Las lágrimas de Esaú no pudieron cambiar la determinación de Isaac ni alterar la bendición. Esaú se vengó al tramar la muerte de su hermano, pero deliberadamente lastimó a sus padres creando problemas al casarse con mujeres paganas. La gracia de Dios no falla, pero Esaú le falló a la gracia de Dios.
    El pecado en el hogar siempre trae dolor de corazón y malos entendidos. Si Isaac y Rebeca no hubieran <<tomado partido>> respecto a los dos muchachos; si hubieran continuado orando respecto a los asuntos como lo hicieron al principio de su matrimonio, si le hubieran permitido a Dios que hiciera lo que quisiera; los asuntos hubieran sido diferentes. Pero como fue, todos sufrieron debido a su incredulidad y desobediencia. Nunca envejecemos demasiado como para ser tentados, ¡o para fracasar!




Amado Alumno virtual esperamos su comentario sobre la Escuela de la Biblia, que Dios le bendiga 
   

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